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Sin duda, el verano es la estación ideal para regenerarse y desintoxicarse. El tándem entorno natural y ausencia de obligaciones proporciona las mejores condiciones para una puesta a punto tanto física como mentalmente.

Así que ya es hora de sacar todo el partido a los beneficios que el mar, la playa y los entornos naturales proporcionan al organismo y, por lo tanto, a nuestra imagen.

Ya Hipòcrates recomendaba el uso de agua de mar como terapia para tratar algunas patologías. La talasoterapia proviene de las palabras griegas Thalasso (mar) y Therapeia (terapia), y se basa en la utilización del medio marino (agua de mar, algas, barro y otras sustancias extraídas del mar) y del clima marino como agente terapéutico.

Puesta a punto en la costa

Desde el punto de vista de la salud, los dos grandes aspectos positivos de pasar las vacaciones en la playa son el clima marino y el agua de mar. Por un lado, el clima marino estimula y tonifica el organismo; pasear cerca del mar alivia el estrés y mejora el estado de ánimo. Por el otro, bañarse en agua salada favorece la recuperación y alivio de muchas patologías de la piel, las articulaciones o los pulmones. Y es que los elementos de los mares y de los océanos suponen un auténtico cóctel de componentes necesarios para la salud.

Entre los minerales que el organismo puede absorber a través de la piel destacamos:

  • yodo, que actúa principalmente sobre la glándula tiroides (encargada del equilibrio metabólico)
  • potasio, magnesio y sodio, que regulan la cantidad de agua en células y tejidos y son imprescindibles para mantener el tono cardíaco y muscular
  • azufre, que alivia el reumatismo y fortalece huesos y tendones
  • calcio, que interviene sobre todo en el desarrollo de huesos y dientes fuertes
  • silicio, que actúa sobre el sistema inmunitario

Piel en reparación

El entorno marino y el sol del verano suponen una auténtica cura de salud para la piel en general y especialmente para determinadas patologías dérmicas.

Psoriasis

Una enfermedad inflamatoria del sistema inmunitario que puede afectar a la piel, a las uñas y a las articulaciones. Esta patología no es hereditaria, pero hay una predisposición genética a sufrirla, y un tercio de los afectados tiene familiares directos con psoriasis.

Se presenta en forma de brotes que pueden controlarse cambiando el estilo de vida y aplicando cremas humectantes específicas. La psoriasis sale muy favorecida de los efectos de la luz ultravioleta del sol, de la humedad típica de la costa y de los baños en agua de mar. De hecho, una de las terapias que se sigue recomendando a estos pacientes es ir a la playa siempre que puedan. Eso sí, después de un día de playa hay que aclararse bien el cuerpo con agua dulce y aplicarse los productos cosméticos recomendados.

Dermatitis atópica

En general, la humedad propia de los ambientes de playa y la exposición al sol del verano mejoran el estado de las pieles atópicas, aunque no siempre es así. Existe un pequeño porcentaje de pacientes que experimentan el efecto completamente contrario y van a peor. El beneficio viene asociado al entorno marino y no al agua de piscinas. De hecho, el cloro es un producto irritante que reseca la piel y, por lo tanto, empeora las pieles atópicas. También hay que tener en cuenta que el agua corriente del lugar de vacaciones no sea excesivamente calcárea, puesto que puede ser otro factor desencadenante de un brote atópico.

Vitíligo

Es una enfermedad de causa desconocida en la cual los melanocitos (las células responsables de la pigmentación de la piel) se destruyen. De este modo, la piel queda completamente blanca en las zonas afectadas aumentando la susceptibilidad a sufrir quemaduras solares. La fototerapia ayuda a pigmentar las manchas blancas y por este motivo, el verano es un aliado de los pacientes con vitíligo, que encuentran en los días estivales una terapia de luz natural cada día.

Liquen plano

Se trata de una afección dermatológica que causa picor y aparece en forma de pápulas en la piel y de manchas blancas en las zonas mucosas. La fototerapia con luz ultravioleta es una opción terapéutica y por eso tomar el sol es una buena elección para estos pacientes.

XF recomienda: Los pacientes con estas patologías no deben olvidar las medidas de fotoprotección recomendadas para evitar quemaduras, fotoenvejecimiento y cualquier tipo de cáncer de piel.

Tiempo de belleza

En esta época la belleza viene asociada al mismo bienestar. Por eso, hacer una puesta a punto corporal no te supondrá ningún esfuerzo.

¡Adiós impurezas!

El agua de mar ejerce un efecto muy beneficioso para el cutis extremadamente sensible o con problemas de acné o de exceso de grasa. El vapor que se genera al lado del mar, producido por el efecto de las olas, es muy efectivo para fluidificar las secreciones y limpiar los poros. Por otro lado, el agua de mar está compuesta por una mezcla de más de 98 sales y oligoelementos que, nebulizados en el aire, ejercen una importante acción desintoxicante de la piel y las mucosas. Además, el agua de mar es rica en iones negativos que permiten reequilibrar el organismo y la sal que contiene la arena de la playa actúa de exfoliante natural, puesto que elimina fácilmente células dañadas y muertas de nuestra piel.

Pedicura marina

Además del efecto exfoliante que acabamos de comentar, el efecto curativo que el agua de mar tiene sobre los problemas cutáneos, permite que las durezas, las grietas y otros trastornos que pueden aparecer en los pies se beneficien con creces de los paseos al lado del mar. Por otro lado, el contacto de los pies desnudos con la arena de la playa, refuerza el arco plantar y estimula todos los músculos podales.

Piernas de sirena

Pasear sobre la arena mojada, junto al mar, dejando que el agua rompa a la altura de los tobillos, es muy recomendable, puesto que las olas producen un efecto de hidromasaje. Esto puede aliviar problemas relacionados con la circulación como las varices, la sensación de pesadez en las piernas e incluso mejorar el aspecto de la piel con celulitis.

El poder de las algas

Esta planta marina tiene muchas más propiedades de las que esperabas y se ha convertido en el nuevo objeto de deseo de cremas y productos para la cura de la piel y el pelo. De hecho, se ha demostrado que hay una analogía importante entre las algas y la piel y por eso la talasoterapia extrae lo mejor de ellas para aplicarlo con fines cosméticos. Su gran riqueza recae en que absorben y concentran del mar vitaminas, minerales, oligoelementos, aminoácidos, etc. fundamentales tanto para el bienestar como para la belleza. Estos componentes combaten los radicales libres y protegen las proteínas de la piel, como la queratina, el colágeno y la elastina. Además, las algas tienen un grande poder anticelulítico, ayudan a controlar el peso y, también, tienen propiedades antiinflamatorias y activadoras de la circulación linfática y venosa.

Teniendo en cuenta todo esto, no es de extrañar que las algas sean un ingrediente muy habitual en las nuevas formulaciones cosméticas. Las variedades más utilizadas son:

ALGAS PARDAS

Habitan en aguas saladas. Son las más grandes y las más comunes de encontrar en climas fríos.

  • Laminaria digitata por su contenido en yodo y zinc, tiene acción seborreguladora, emoliente, reafirmante y reductora. Se utiliza sobre todo para formular productos anticelulíticos porque el yodo interviene en la regulación de los lípidos.
  • Fucus vesiculosus contiene un polifenol que aporta protección en pieles sensibles y secas. También forma parte de muchas cremas anticelulíticas por su contenido en yodo.
  • Ascophyllum nodosum por su alto contenido en vitamina C se usa como hidratante y antioxidante.
  • Undaria pinnatifida “alga wakame” por su riqueza en aminoácidos, vitaminas y oligoelementos se usa en cremas revitalizantes.

ALGAS ROJAS

Habitan principalmente en aguas saladas. Son más pequeñas que las pardas, pero también son muy numerosas.

  • Palmaria palmata, presenta minerales y aminoácidos esenciales. Sirve para tratamientos hidratantes, anticelulíticos y para aligerar las piernas pesadas.
  • Corallina officinalis, se utiliza en cosméticos para la rosácea y aligerar las piernas pesadas gracias a sus propiedades vasoconstrictoras.
  • Chondrus crispus “musgo de Irlanda”, es un excelente agente hidratante y reparador dérmico.
  • Porphyra tenera “alga nori”, se usa como activo hidratante.

ALGAS VERDES-AZULADAS

Habitan en aguas dulces y saladas. Gracias a su alto contenido en proteínas y vitaminas, se utilizan mucho como hidratantes y antioxidantes en productos antienvejecimiento. Entre ellas se encuentran: Spirulina maxima / platense, Dunaliella salina y Chlorella vulgaris.

Agua del mar: ¿mejor fría o caliente?

Para sacar todo el provecho terapéutico de la estancia en la playa hay que seguir una serie de pautas siempre que nos bañamos en el mar o que paseamos por la orilla. Nunca se debe llegar al agotamiento, ni conviene someterse a ningún tipo de sobreesfuerzo. Se trata de medir las propias fuerzas y, en definitiva, de disfrutar.

  1. Bañarse en agua fría comporta beneficios para la salud, sobre todo mejorando la circulación sanguínea y el estado de ánimo. En el caso de aguas con temperaturas muy bajas, lo mejor es meterse en el agua, hacer tres brazadas y salir. Nunca se debe llegar a lo que los ingleses denominan «el segundo escalofrío«. Una primera sensación de escalofrío siempre es favorable, puesto que se trata de una reacción del organismo ante el medio, pero si se experimenta esta sensación una segunda vez, lo mejor es salir inmediatamente del agua.
  2. Una temperatura del agua entre 35 y 37 °C, como la temperatura corporal, facilita la absorción a través de la piel de los elementos contenidos en el agua de mar, sobre todo el yodo y el sodio, aportando beneficios para el organismo. Después de un baño, se depositan en la piel unos 20 ml de agua con sus ingredientes minerales. A fin de que su acción se prolongue, se aconseja atrasar al máximo el momento de aclararse la piel con agua dulce.

Nadar… y mucho más

Su técnica es sencilla, es apta para todos los públicos y no necesita muchos accesorios. Si hay un deporte completo es la natación, y el verano supone una oportunidad fantástica para practicarla. De hecho, recibe el calificativo de deporte completo, puesto que en el momento de nadar se implican todos los grandes grupos musculares y porque se puede disfrutar en sesiones de larga duración. Una de las zonas corporales que más se beneficia de su práctica es la espalda, siendo muy recomendable para las personas que sufren desviaciones de la columna. En el caso de los niños, es una actividad que permite mejorar la coordinación neuromuscular y psicomotriz, mientras que si se trata de adultos y gente mayor, como que se evita el efecto de la gravedad, les permite liberar las articulaciones de la presión que supone aguantar el peso del cuerpo.

Pero, además, el mar y las piscinas ofrecen otras opciones para ponerse en forma:

Aquagym

Es el fitness dentro del agua. En esto consiste este tipo de gimnasia que tiene el doble beneficio de poder ejercitar todo el cuerpo evitando lesiones. Desde el punto de vista estético, también mejora la celulitis, puesto que el masaje suave que se consigue con el movimiento dentro del agua activa la circulación y reduce la retención de líquidos. Por otro lado, permite una mejor tonificación muscular.

Deportes de playa

El típico juego de palas o el vóley-playa son las mejores actividades aeróbicas que se pueden poner en práctica durante el periodo estival para combinar ejercicio y diversión. Además de quemar un número importante de calorías, fortalecen la musculatura de brazos y de piernas. Por otro lado, los estiramientos, tanto dentro cómo fuera del agua, permiten una oxigenación óptima y refuerzan el aparato respiratorio a la vez que ponen los músculos a tono.

Yoga y ejercicios de equilibrio

La arena supone la mejor «esterilla» para hacer las posturas básicas de esta disciplina. Por otro lado, la irregularidad que nos proporciona la arena o la orilla del mar, nos ayudará a mejorar claramente la estabilidad de la pisada y nuestro equilibrio general.

Los ejercicios de equilibrio fortalecen la musculatura de los tobillos y nos ayuda a tenerlos más preparados y así evitar esguinces. Una buena manera de empezar es activándolos. Como si fuésemos andando, debemos entrar con el talón del pie, apoyar toda la planta y salir con la punta, realizando una extensión total de tobillo.

Correr en el agua

Lo importante de este deporte es calibrar la intensidad según el nivel de entrenamiento que se quiera lograr: cuanto más te adentres en el mar, más grande será el esfuerzo. Es un ejercicio que estimula la circulación y el sistema cardiovascular, mejora el equilibrio y tonifica las piernas y los músculos abdominales. Además, el movimiento del mar proporciona un masaje anticelulítico fantástico. Basta con media hora para disfrutar de todos los beneficios de esta actividad aeróbica. La técnica es tan sencilla como adentrarse hasta que el agua supere el nivel de las rodillas y empezar a correr hacia delante, hacia los lados y hacia afuera. Para no agotarse en el primer intento, durante los primeros días, lo mejor es alternar correr dentro del agua con andar (aqua walking).

Puesta a punto en la montaña

Veranear en la montaña como «cura de salud» es una elección muy acertada, puesto que las condiciones atmosféricas y climáticas de su entorno también ejercen importantes efectos terapéuticos sobre muchas patologías. Así, por ejemplo, es el destino ideal para las personas que tienen alergia a los ácaros del polvo y a los hongos, alérgenos que necesitan un ambiente más húmedo para sobrevivir.

Del mismo modo, algunas patologías pulmonares mejoran por las estancias en lugares menos cargados de contaminación, como los de alta montaña, a ser posible rodeados de bosques de pinos, eucaliptos o plantas aromáticas, y dedicando buena parte de la jornada al descanso.

Los pueblos de sierra son ideales para huir del rastro más pequeño de contaminación. Además, pasar tiempo al aire libre o hacer paseadas largas por la naturaleza es un gran reconstituyente y permite la práctica de actividades tan recomendables como el senderismo. Este deporte, como todas las actividades de tipo aeróbico, beneficia el sistema cardiovascular y regula la tensión arterial.

Pero sobre todo, sea cual sea tu destino, ¡desconecta!