Categoria Capil·lar

El verano afecta sobre tu cabello. El sol, el cloro, la sal y el calor lo debilitan y lo hacen parecer más seco, menos brillante y frágil. Estos factores pueden llegar a quemarlo cambiando incluso su textura.

Además de los rasgos genéticos que definen la forma, el color y la textura del cabello, existen otros factores que pueden determinar su aspecto y estado en un momento determinado: estrés, mala alimentación, uso de productos inadecuados, tintes o modificación de los niveles hormonales. En verano además, hay que añadir las consecuencias del sol, de las altas temperaturas y del aire.

El cabello es parte de nuestra apariencia física y afecta nuestra autoestima y el estado de ánimo en que nos encontramos. Por eso, para tener un cabello sano y que luzca, es necesario conocer cuáles son sus características, para así ofrecerle los cuidados y tratamientos idóneos.

Tipología de cabello 

  • Normal: presenta un aspecto elástico, fuerte y con brillo.
  • Seco: suele tener un pH ácido, lo cual provoca falta de elasticidad y facilidad para romperse. El sebo no realiza su función, dando origen a un frecuente picor. Además, esta falta de flexibilidad facilita la apertura de las puntas.
  • Graso: el exceso de grasa que producen las glándulas sebáceas le da un aspecto brillante, endurecido y lacio, siendo el tipo de cabello más propenso a ensuciarse rápidamente.

Según características más de tipo morfológico, podemos hablar de:

  • Rizado: es un cabello fino, suave y sus cutículas no están planas, por lo cual tiene un aspecto poco brillante.
  • Afro: es un cabello seco, grueso, sedoso, muy rizado y propenso a romperse por el hecho que tiene menos capas en sus cutículas que otros tipos de cabello.
  • Fino: le falta volumen y fuerza, por lo cual necesita unas curas especiales.
  • Grueso: es mucho más difícil de peinar, puesto que suele enredarse con mayor facilidad. Además suele verse más apagado.

Cuidados básicos del cabello

Lejos de creencias populares que van en contra del lavado diario de los cabellos, el cuidado y la higiene capilar pueden ser tan variables y frecuentes como personas y tipos de cabello hay. En términos generales, el cabello con tendencia grasa necesita más lavados que el de tendencia seca, puesto que la cantidad de aceite que produce el cuero cabelludo es superior.

  1. El cepillado del cabello siempre es mejor realizarlo en seco, empezando por las puntas y acabando por la raíz.
  2. La aplicación del champú debe realizarse primero en las manos y de aquí al cabello para dispersarlo mejor. Lava el pelo mediante un masaje con la punta de los dedos sobre el cuero cabelludo, pero sin ejercer una presión excesiva. Un movimiento circular, pausado y constante estimulará los vasos sanguíneos del cuero cabelludo y mejorará la alimentación de los folículos pilosos. El masaje deberá ser de unos 2 o 3 minutos, dejando pasar otro minuto más para que actúe el champú.
  3. El aclarado tiene que hacerse con agua tibia, ni muy caliente, porque estimula la generación de grasa, ni muy fría, puesto que impide la circulación sanguínea en el cuero cabelludo.
  4. El acondicionador se aplicará también sobre la mano, y desde aquí a las puntas del cabello. El acondicionador no tiene ningún efecto sobre el cuero cabelludo, así que hay que concentrar su aplicación en las puntas del cabello y el tallo, pero sin llegar a la raíz. Dado que los acondicionadores son más grasientos, el aclarado debe durar unos 3 minutos.
  5. El secado tiene que hacerse con movimientos lentos, empezando por eliminar la humedad con una la toalla, sin frotar. Si fuera necesario usar un secador, hay que mantener una distancia entre el aparato y el cabello de, al menos, 30 centímetros. A ser posible, es mejor que el pelo se seque al aire libre.

Por otro lado es importante limitar el uso de gomas, clips, pinzas y sobretodo, evitar sujetar el cabello cuando está húmedo, elegir un champú adecuado al tipo de cabello con sustancias que estimulen la circulación capilar y llevar una dieta rica y equilibrada en vitaminas.

Consejos específicos según tipo de cabello

  • Normal: hay que lavarlo a menudo y no someterlo a tratamientos invasivos.
  • Seco: necesita champús suaves y acondicionadores que lo hidraten regularmente, procurando someterlo lo menos posible a tintes, secados a altas temperaturas o cepillados fuertes.
  • Graso: es recomendable utilizar un champú suave que no estimule la actividad de las glándulas sebáceas, evitar el agua muy caliente y llevar una alimentación baja en grasas.
  • Rizado: es necesario el uso de champús y acondicionadores que lo hidraten y no usar peines o cepillos, simplemente peinarlo con los dedos para deshacer los posibles nudos.
  • Afro: es muy recomendable hidratar bien el cuero cabelludo antes de aplicar el champú para estimular la secreción de grasa.
  • Fino: usar un acondicionador que no necesite aclarado, para evitar que el pelo se vuelva opaco y pierda volumen.
  • Grueso: elegir productos que hidraten intensamente la fibra sin sobrecargarla. Evitar aquellos que contengan siliconas.

Sol, cloro y sal marina

Somos conscientes que el sol puede malograr nuestra piel, pero muchas veces olvidemos los estragos que un día de sol, playa o montaña provoca en los cabellos.

El cabello está compuesto en su mayor parte por una proteína fibrosa, la queratina, que ayuda a suavizar la textura del cabello. Esta proteína tiene una especial afinidad por el agua. El vapor de agua penetra realmente en todos los puntos de la queratina capilar, aumentando el volumen radial y el volumen longitudinal.

En verano los rayos ultravioleta de la luz solar modifican la estructura de la fibra capilar, alterando la queratina y en consecuencia, el cabello se seca, se debilita y las puntas se abren. Por otro lado, cuando el cabello está mojado, el agua concentra la radiación solar y aumenta la evaporación, por lo tanto la fibra se deshidrata todavía más rápidamente. Además la sal del agua del mar produce una oxidación del cabello, que pierde así su color. Este fenómeno es todavía más visible en el cabello teñido. El agua de la piscina, al ser muy alcalina y muy clorada, oxida todavía más los cabellos y los ablanda.

Por otro lado, se ha demostrado que el cabello rubio o poco pigmentado se deteriora antes que el castaño, densamente pigmentado, cuando los dos se exponen al sol. Tampoco tenemos que olvidar que la arena es muy abrasiva y  que el viento reseca y electriza la melena.

XF recomienda: para las temporadas de sol y baños en piscinas y mar, los protectores solares para cabellos evitan el deterioro que ocasionan estos factores externos en la fibra capilar.

En verano, cuidados específicos

La sequedad, las puntas abiertas y la decoloración son algunas de las improntas que las vacaciones de sol y playa pueden dejar en el pelo. Cuidar el cabello todo el año es importante, pero en esta época del año en que lo exponemos continuamente a factores extremos se hace todavía más evidente.

Rutinas como por ejemplo secar los cabellos al aire, evitar utilizar planchas y secadores o aplicar un suavizante cada día nos ayudarán a combatir la sequedad. También será de gran ayuda una ducha con agua dulce después de cada baño, para eliminar el cloro y la sal. Y si luces una melena larga y frondosa, debes evitar recoger los cabellos cuando todavía están húmedos, ya sea a la hora de ir a la playa o a la piscina.

Así mismo recurrir a un sombrero o un pañuelo al exponerte al sol, te protegerá de quemaduras y otros perjuicios de los rayos UV y las altas temperaturas.

Además de adoptar estos hábitos, existen productos específicamente indicados para la protección capilar, como los de los laboratorios René Furterer o Klorane. Los que contienen aceites vegetales y elixires, aportan suavidad y un plus de hidratación, además de aromas agradables.

XF recomienda: Evita exponerte al sol en las horas centrales del día, cuando calienta con más intensidad.

La electricidad estática del cabello

En muchas ocasiones, la electricidad estática hace que el cabello se vuelva imposible de peinar.

Generalmente, esto suele ocurrir en cabellos muy finos y que no han sido tratados correctamente. Por ejemplo, frotar demasiado la cabeza al lavarla, un exceso de cepillado y de secador o factores ambientales como el viento, pueden producir electricidad estática en el cabello. Al friccionar el cabello, las cargas eléctricas de las partículas que lo componen se desplazan de unos átomos a otros haciendo que los cabellos se separen entre sí.

En estos casos es aconsejable:

  1. Usar cepillos de madera y cerdas naturales que no alteren las cargas eléctricas del cabello. El plástico puede electrificar fuertemente el cabello.
  2. Rociar laca en un cepillo y pasarlo por el cabello, puesto que alisa la fibra capilar.
  3. Volver a mojar el cabello. El agua también le devuelve las cargas eléctricas que se han perdido a causa de la fricción.
  4. No lavar excesivamente el cabello, puesto que los tensioactivos que contienen los champús alteran las cargas eléctricas del cabello, desprotegiéndolo. Utilizar en todo caso, un champú sin sulfatos, además de un suavizante y hacer el último aclarado con agua fría.
  5. Sustituir las toallas tradicionales por las de microfibra que absorben mejor la humedad y lo secan en menos tiempo y con menos fricción.
  6. Reducir la temperatura al usar un secador o la plancha. El calor también repercute en el intercambio de cargas eléctricas. Si puedes invertir en un secador, que sea iónico, porque neutraliza la carga estática.
  7. Aplicar productos hidratantes (sobre todo en forma de sérum) que reducen la carga estática y hacen el cabello más manejable.

Sérum capilar, ¿para qué sirve?

El sérum capilar es tu mejor aliado para la cura del cabello y combatir los efectos del sol, el cloro y la sal del mar este verano. Trata el cabello de manera profunda y duradera, y gracias a su formulación altamente concentrada, sus resultados son visibles en poco tiempo.

Existen diferentes tipos de producto según sea la necesidad:

  • reparador de puntas. Se usa para hidratar y sellar la cutícula. En su formulación, se combinan ingredientes como el aceite de karité o el de argán para favorecer la recuperación de la estructura natural del cabello.
  • anti encrespamiento. Retiene la hidratación natural del cabello para que no tenga que encresparse y abrirse para buscarla; un cabello encrespado está reseco y necesita hidratación.
  • para alisar, desenredar y proporcionar luminosidad al cabello. Suele incluir en su composición aceites vegetales y minerales, así como ingredientes para rellenar las fibras y mantener la estructura capilar.
  • protector. Puede ser una buena opción antes de ir a la playa o la piscina si tienes el cabello seco, teñido, frágil o quebradizo.

Este verano, no lo dudes e incorpora estos productos en tu rutina de cura y belleza para lucir un cabello sano y bonito. Recuerda que en tu farmacia te asesorarán sobre qué productos capilares son los más adecuados para tu cabello y tus necesidades.