Categoria PellLa dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria de la piel, que sobre todo se manifiesta con eccemas. Evoluciona en forma de brotes y no es contagiosa.

Puede aparecer en cualquier momento de la vida, pero es más común en niños, manifestándose principalmente a partir de los tres o cuatro meses de edad. Afecta entre el 2% y el 5% de la población adulta y entre el 10% y el 20% de los niños, a pesar de que es una patología que mejora con la edad y el 50% de los casos se resuelven en la adolescencia.

¿Cómo se manifiesta la dermatitis atópica?

Sus síntomas típicos son:

  • la sequedad de la piel
  • un picor intenso
  • la irritación e inflamación de la piel
  • las lesiones en forma de eccemas

Estas últimas, a veces, pueden llegar a supurar, con el riesgo asociado de sobreinfecciones, especialmente bacterianas.

Se trata de una enfermedad que alterna brotes con periodos de calma. Durante los periodos de calma, la dermatitis atópica se manifiesta con una piel seca y pruriginosa, mientras que en el periodo de brote aparece el eccema y se acentúa el picor, lo que provoca rascarse más las lesiones y acaba derivando en el llamado círculo vicioso de la dermatitis atópica.

Como resultado, las lesiones, el picor y la descamación que producen alteran la calidad de vida y dificultan el sueño.

La genética y la edad intervienen

En muchas ocasiones, la enfermedad está asociada a otras alteraciones del organismo, como el asma y la rinitis, dando lugar a la llamada tríada atópica. Parece que esta tríada tiene un origen genético común, asociado a una actividad alterada del sistema nervioso e inmunitario del organismo.

Incluso, la aparición de la dermatitis atópica en los primeros meses de vida predispone a sufrir posteriormente asma, rinitis u otras enfermedades de origen atópico o alérgico, como conjuntivitis o alergias alimentarias. Esta evolución clínica o secuencia en la que se desarrollan las enfermedades alérgicas se conoce como marcha atópica, siendo el eccema atópico, en la mayoría de los casos, la primera manifestación.

Por otro lado, las lesiones que provoca esta dermatitis se distribuyen de manera diferente según sea la edad del paciente. Por ejemplo, en el caso de bebés y lactantes los brotes suelen aparecer en la zona de las mejillas, cuero cabelludo, tronco y extremidades.

El invierno agrava la dermatitis atópica

Se desconocen con exactitud los motivos que provocan la manifestación de las lesiones, pero se sabe que existen factores que lo favorecen como la temperatura, el grado de humedad y la contaminación ambiental. Y, en invierno, este trastorno se puede agravar. Y es que el descenso de temperaturas empeora los síntomas de los niños con dermatitis o eccema atópicos. De hecho, la mayoría de los brotes se producen durante esta estación.

El frío seco, los cambios bruscos de temperatura y las calefacciones altas empeoran las condiciones de los menores afectados por esta patología, puesto que propician la deshidratación de la piel.

Además, abrigar demasiado a los niños puede provocar que los pequeños suden y empeorar sus síntomas y, también, hay que tener cuidado con el roce de las piezas de ropa contra la piel, porque puede desencadenar brotes.

Por su parte, las altas temperaturas de las calefacciones aumentan la sequedad de las habitaciones y esto también incide en el empeoramiento de los niños, porque facilita que la piel se reseque excesivamente. Para evitarlo, es conveniente airear las habitaciones y aumentar la humedad con recipientes con agua en los radiadores.

Otros factores causantes de dermatitis

Al mismo tiempo, la ansiedad y el estrés son agravantes de la patología, puesto que empeoran sensiblemente los síntomas cuando el afectado vive esta situación con más tensión.

Y es que aparte de que el picor de la zona afectada es intenso, las lesiones pueden acabar transformándose en placas de piel engrosada. En estos casos no tan solo se resiente el aspecto físico, sino que suele afectar el estado emocional, puesto que el picor es especialmente nocturno y asociado a menudo a trastornos del sueño.

XarxaFarma recomienda evitar el estrés y la ansiedad, especialmente durante los brotes de la enfermedad, para evitar el empeoramiento.

¿Qué podemos hacer si tenemos una dermatitis?

En primer lugar, los pediatras alergólogos recomiendan visitar un especialista si se sospecha de dermatitis atópica. Un buen diagnóstico evaluará la sintomatología, la duración, y si hay antecedentes personales o familiares. Además, es muy importante descartar otras enfermedades con las cuales se puede confundir esta dermatitis.

Muchos pacientes desconocen que sufren dermatitis atópica y en vez de tratarse con corticoides tópicos y cremas emolientes (hidratantes) para frenar la inflamación y recuperar el equilibrio de la piel, recurren a cremas que solo alivian temporalmente el picor.

Es por eso por lo que además de seguir siempre las indicaciones que marca el especialista, hay que tener en cuenta también las siguientes recomendaciones.

En caso de duda sobre las lesiones o los tratamientos pautados, consulta tu farmacia XF de confianza.

Consejos para cuidar la piel

Más allá de los posibles defectos del sistema inmunitario y de algunos factores desencadenantes, se sabe ahora que la alteración de la estructura de la piel es un elemento determinante tanto para la aparición de los brotes como para modular la duración e intensidad de los síntomas.

Aunque no podemos eliminar definitivamente la dermatitis atópica, sí que tenemos la opción de intentar evitar la aparición de brotes de esta afección cuidando la piel en todo momento. Además, si conseguimos mejorar la función barrera de esta piel, podremos reducir la inflamación y el inicio de la marcha atópica.

Para cuidar la piel atópica, los productos que se utilicen tienen que proporcionar una limpieza profunda respetando la estructura, el pH y el equilibrio natural. Tanto en el momento del brote como en la etapa de calma, la piel atópica se tiene que cuidar con cremas y lociones emolientes que le aporten lo que le falta, que restauren la barrera cutánea alterada y eviten, de este modo, la pérdida de agua y la entrada de agentes agresivos externos, medioambientales o microbiológicos.

¡No todos los productos valen!

Es importante que su composición ayude a reforzar o estimule la producción de proteínas y lípidos estructurales, que se encuentran en pocas cantidades en la piel atópica (ceramidas, ácidos grasos esenciales, colesterol…). Tienen que calmar el picor, principal síntoma de esta afección de la piel, para mejorar la calidad de vida del paciente. También deben proteger la piel de la agresión de los rayos ultravioleta, los cambios de temperatura o la polución ambiental, entre otros factores desencadenantes de los brotes o agravantes de la patología.

Además, es importante la forma de aplicar estos productos. Si quieres saber más, sigue los consejos que te dan los especialistas de La Roche Posay siguiendo este enlace.

Por lo tanto, a la hora de adquirir los productos de higiene y cura, confía en aquellos laboratorios que tienen verdadera experiencia en tratar pieles atópicas, como pueden ser el laboratorio Ducray con su gama de productos específicos Dexyane® o el laboratorio Leti que lleva ya cien años cuidando las pieles atópicas con su gama de productos LETIAT4®, entre otros.

XarxaFarma recomienda utilizar siempre productos de calidad, testados y con sello de garantía.