Categoria Dolor

El dolor cervical es una afección frecuente. Se estima que un 30-40% de la población presentará este tipo de dolor en algún momento de su vida.

Llevar un peso en los hombros muchas veces deja de ser una expresión metafórica y se convierte en una dolorosa realidad física. Y es que esta zona se puede considerar como la más sensible de nuestra columna vertebral a causa de la gran movilidad a la que está sometida, a su escasa protección y al gran volumen y peso de la cabeza.

El dolor cervical, técnicamente conocido como cervicalgia, puede ser agudo o crónico y se suele irradiar hacia zonas próximas: hombros, brazos y manos. De hecho, muchas veces, este dolor es tan intenso que incluso impide descansar correctamente por la noche.

La cervicalgia, a pesar de que no es grave, puede resultar muy molesta e incapacitante. Puede tener el origen en cualquier estructura del cuello, incluidos los músculos, los nervios, las vértebras e incluso los discos intervertebrales. El síntoma principal es el dolor, pero también puede comportar dificultad para mover el cuello (cuello rígido). Además, si en este dolor están implicados los nervios, también se puede notar entumecimiento, hormigueo y debilidad en los brazos y en las manos.

Algunos datos de interés

  • El dolor cervical es más frecuente en mujeres que en hombres.
  • En los jóvenes y personas de mediana edad suele ser debido a sobrecargas musculares, problemas posturales o como secuela de un accidente de tráfico o deportivo.
  • Por encima de los 60 años la causa suele ser una artrosis cervical, y aumenta la prevalencia en hombres.
  • En niños menores de 8 años las enfermedades de la espalda son excepcionales, pero incrementan su frecuencia a partir de los 10 y, en España, entre los 13 y 15 ya las han sufrido el 51% de los chicos y el 69% de las chicas. Uno de los factores desencadenantes es la carga de la mochila escolar. El peso de la mochila no tiene que superar el 10 o 15% del peso corporal, de acuerdo con la edad, constitución y estado físico de cada niño.

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Causas del dolor cervical: ordenadores, teléfonos y bolsas de la compra

Una buena parte de los dolores y las molestias en la zona cervical están producidos por el ritmo de vida actual, que hace que se acumule tensión en toda el área del cuello, especialmente en los músculos trapecios.

Los principales factores causantes de esta sobrecarga muscular están perfectamente identificados:

  1. El tiempo que pasamos ante el ordenador en que se adquieren posturas incorrectas que repercuten en la tensión cervical.
  2. La inclinación de la cabeza que hacemos cuando hablamos por teléfono forzando los músculos de la zona cervical.
  3. Las profesiones especialmente sedentarias se resienten fácilmente a la hora de hacer un trabajo más duro del habitual.
  4. Los oficios que exigen una gran sobrecarga al trabajar muchas horas con el cuello inclinado hacia delante (modistas, mecanógrafos y personas que trabajan en cadenas de montaje), puesto que se somete esta musculatura a un esfuerzo mayor que su resistencia.
  5. Transportar bolsas de uno o dos kilos durante unos cuántos minutos se traduce en molestias en el cuello y hormigueo en las manos. Una cosa tan cotidiana como hacer la compra puede repercutir negativamente.
  6. Problemas de carácter emocional, especialmente en individuos sometidos a una situación de estrés o a circunstancias traumáticas, o en personas que presentan dificultades para relajar los músculos incluso durante las horas de sueño.

El Síndrome del Latigazo Cervical

Una de las causas más frecuentes de patología cervical es el llamado Síndrome del Latigazo Cervical (o esguince cervical), una lesión del cuello provocada por un accidente de coche, un choque en deportes de contacto o también al lanzarse al agua.

Se trata de una lesión por aceleración-desaceleración. Después de un choque o de un frenazo brusco, la cabeza va adelante o atrás y después hacia el lado contrario. Es una patología benigna muy frecuente con mucha relevancia sobre la calidad de vida. Provoca dolor vertebral continuo, más agudo por la noche y que se intensifica con los cambios de postura; tensión y ardor en la zona, además de dolor de cabeza, trastornos visuales y sensación de fatiga crónica. Para prevenirlo, dentro de los vehículos es importante utilizar el cinturón de seguridad, colocar correctamente el reposacabezas (inclinado hacia delante y con el borde superior a la altura del límite superior del cráneo), llevar el asiento poco inclinado y, en el caso de los niños, el uso de sillas homologadas.

La importancia de un buen diagnóstico

Aunque se trata de una patología que no suele ser grave, hay que ir al médico si:

  • el dolor en el cuello se alarga más de una semana, sin remitir a pesar del tratamiento
  • está asociado a fiebre y dolor de cabeza
  • la rigidez del cuello es tan importante que no se llega a tocar el pecho con la barbilla
  • va acompañado de hormigueo, entumecimiento o debilidad en el brazo o la mano
  • presenta inflamación en las glándulas o protuberancias en el cuello
  • el dolor ha aparecido después de una caída, un golpe o una lesión

En estos casos el médico o fisioterapeuta determinará cuáles son las posibles causas, examinará la zona manualmente y si se tercia, solicitará una prueba radiológica complementaria.

Para el diagnóstico se recurre a las radiografías simples, que aportan información sobre el estado en que se encuentra el hueso y la alineación de la columna vertebral, y a las resonancias magnéticas, muy útiles para comprobar si hay problemas en los discos.

¿Dolor cervical? Qué podemos hacer desde casa

El tratamiento terapéutico, sea rehabilitador o farmacológico, tiene el objetivo de eliminar el dolor y disminuir la rigidez del cuello. En general, el 80% de las cervicalgias mejoran en menos de tres semanas, independientemente del tratamiento aplicado.

Si el dolor cervical es reciente, localizado y no va acompañado de ninguna señal que nos haga sospechar que necesitamos el diagnóstico de un especialista, lo que podemos hacer es:

Las claves de la rehabilitación

  1. MASAJES. Las técnicas de masaje que se utilizan en patologías cervicales trabajan sobre partes blandas y mecanismos reflejos. Una manipulación incorrecta de esta zona puede producir lesiones y por eso hace falta que las aplique un profesional. Todas las enfermedades de origen emocional encuentran el alivio momentáneo con la sensación agradable que supone un masaje, pero si la razón del dolor cervical es orgánica y no de tipo postural o mecánica, el masaje no sirve de nada.
  2. HIDROTERAPIA. La mayoría de las técnicas de hidroterapia consiguen la relajación muscular, pero hay algunas que están especialmente indicadas para aliviar el dolor en la zona cervical: cataplasmas con barro, hidromasajes y, sobre todo, la ducha cervical, que consiste en un chorro de presión instalado al lado de la piscina termal y que se impulsa a través de un cuello de cisne, de forma que el paciente mismo se expone dentro del agua. En este sentido, es imprescindible la consulta previa con el médico del centro.

Tu cuello fuera de peligro

La prevención del dolor cervical pasa siempre por la educación postural.

  1. En la oficina o si se está teletrabajando, hay que levantarse cada hora y hacer rotaciones cervicales y movimientos suaves de espalda.
  2. A la hora de leer o estudiar, en lugar de hacerlo con el libro sobre una mesa muy baja, conviene utilizar asientos con reposabrazos o poner los libros en un atril encima de la mesa. Evitar posturas de flexión o rotación del cuello durante mucho rato.
  3. Al levantar peso, sujetarlo cerca del pecho y hacer la fuerza con las piernas. Si se tiene que cargar, hay que repartir el peso y evitar mantenerlo durante mucho tiempo. Para agacharse, mantener la espalda recta y doblar las rodillas.
  4. Los aparatos electrónicos, como los móviles, tabletas y ordenadores nos hacen adoptar posturas que repercuten negativamente en la tensión cervical. Es importante colocar la pantalla del ordenador a la altura de los ojos y la silla a una altura que permita apoyar los pies en el suelo.
  5. La mejor postura para dormir es de lado o bocarriba, en lugar de bocabajo. Se recomienda descansar en un colchón firme, pero no rígido, y utilizar una almohada blanda y delgada, de unos 20 centímetros de diámetro y aplastada del medio.

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